lunes, 24 de octubre de 2016

Un niño menos cada 20

Ayer mientras esperábamos en un semáforo, un catrina ajetreada nos entrego un numero del ya conocido Publimetro. Si tuviste la misma suerte que yo, leíste el encabezado principal: "Cada 20 minutos muere al menos un niño en México". Esta afirmación me puso a pensar en muchas situaciones que podrían ser las causantes de dichas cifras, tanto así, que realmente me aterroricé.
La planificación familiar no es exactamente algo que México pueda presumir, ya sea por falta de información, porque es algo que "de todas formas iba a pasar" o porque simplemente no les interesa nada más que darle alegría al cuerpo macarena. La verdad es que la gran mayoría de los nacimientos, no son planeados, ni los padres tienen solvencia económica, muchos de ellos son demasiado jóvenes para tener una responsabilidad de esa magnitud y no faltan los que no entienden a la primera y "sin querer" van por el segundo. Al rededor de cada nacimiento hay un sin fin de circunstancias que van a guiar la vida de ese niño hacia un lado u otro, o remitiéndome al articulo; sólo adelantarán su llegada a donde todos vamos.
Las razones que pensé fueron de lo más dramáticas y violentas que se me pudieron ocurrir, claro, antes de que leyera la información. Después de leerla lo primero que pensé fue: "imposible que los padres los dejen morir así como así". Pero después de ponerme a investigar y llenarme de las tan aclamadas cifras, llegué a las mismas conclusiones publicadas, en la ciudad puede ser un completo horro ir a recibir atención medica, pero sea como sea, la tenemos.
Son muchas las zonas donde no hay lugares donde acudir en caso de emergencia, y si las hay están cerca de muy pocas comunidades. Esto da pie también a que se siga acudiendo a los curanderos o brujos que si bien, generalmente conocen las aplicaciones de los recursos naturales que tienen a su disposición, no falta el que lo atribuye todo a espíritus y empeora la condiciono del niño, o simplemente se trata de un padecimiento que no podrán erradicar por más tés y limpias que les hagan. Esto sólo por el lado de la salud.
Como mencioné anteriormente, la planificación familiar no es nuestro fuerte y por ello muchos padres son muy jóvenes y terminan enjaretando los niños a sus padres (abuelos de los bebés) o los cuidan como Dios les dé a entender, es decir, al ahí se va. Esta es otra de las razones por las que los niños mueren prematuramente. El mal cuidado incrementa la cantidad y magnitud de los accidentes que pueden sufrir, siendo en muchos de los casos fatales, tanto por lo que haya ocurrido como por no tener a dónde correr de emergencia para ayudar a los niños.
A grandes rasgos estas dos situaciones son las principales razones por las que desde que recibí ese periódico hasta la publicación de éste escrito, han muerto aproximadamente 108 niños. ¡Imaginan lo grave del asunto! Yo sigo sin poder creérmelo. Así como se va expandiendo el territorio habitado, deberían de ir a la par los servicios básicos, para que todos tengan la oportunidad de recibir atención médica y también informarse sobre los métodos con los que pueden evitar embarazos no deseados. O se aguantan o aprendan a cuidarse, ese consejo yo les doy, porque un pingüino responsable soy.


Buena semana y no olviden sonreír.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Secundaria y padres

Hace poco tuve una platica con mi hermana que me hizo dar cuenta de cuanto cambian las cosas con el paso del tiempo y cómo es que permitimos que cambien la forma en que vivimos nuestra vida. Ella es una adolescente que como era de esperarse busca estar sola en su cuarto, platicar con sus amigos por Facebook y ver videos en Youtube.
Recordé mis años de secundaria y los "chats" de papelitos que se paseaban por el salón para chismear de lo que fuese, también de cuando nos poníamos de acuerdo para salir a la misma hora al baño (cuando las amigas iban en grupos diferentes o en talleres distintos) y platicábamos como si no hubiéramos acabado de vernos en el receso. Los profesores que parecían aterradores pero después del primer bimestre parecían los tíos bromistas de la familia. Los prefectos que sabían perfecto cuando mentías y no tenías pase para salir del salón. Cosas que afortunadamente disfruté.
Pero ahora las cosas son muy diferentes. Ya no se va a las fiestas a bailar y echar desastre con los amigos, ahora sólo van a beber y ponerse tan mal como les sea posible antes de tener que volver a casa o de que vayan a buscarlos. Los novios ya no son de manita sudada y con uno que otro beso, ahora se mandan fotos hasta de las anginas y buscan llegar lo más lejos posible en el listado de bases que te hacen más "experimentado". Las materias reprobadas pasaron de ser culpa del alumno a ser culpa del profesor. 
Los padres se quejan de que los jóvenes de hoy son más rebeldes, indisciplinados, no acatan reglas y pasan sobre la autoridad que se supone representan los papás. Pero siendo realistas, buena parte de lo que pasa con los hijos es por causa de los padres. Esos padres "buena onda" que nunca regañan, que aplican el "X están chavos", son los mismos que después están pariendo chayotes preguntándose "¿Por qué a mi?".
Es hasta cierto punto valido echarle parte de la culpa a los medios, a las redes cibernéticas, al smartphone que les da acceso a tanto en tan poco tiempo. Pero todo eso no les llegó sólo, los padres que nunca tienen tiempo y prefieren cubrir esa falta comprándoles lo ultimo en laptops, teléfonos, planes para que nunca les falte el internet y sobre todo, horas de ocio que los jóvenes aprovecharán viendo todo lo que internet puede ofrecer. 
Esos padres que te castigaban y te hacían ver tus faltas se están acabando, y creanme que hacen falta.
La secundaría es un tiempo que no vuelve, es ese momento en el que no eres un joven pero tampoco un niño, es el limbo, y es cuando más guía necesitan. Seguro habrá miles de formas de justificarse hasta que ocurra algo que los haga darse cuenta de lo mucho que se han perdido en la vida de sus hijos.